En la industria de la construcción, las alternativas para crear procesos y productos sustentables es una constante. No solo las grandes cementeras se han comprometido a bajar sus emisiones de carbono en 2030, también los arquitectos se han sumado utilizando un material renovable que no daña al medio ambiente: la madera, la cual permite reducir costos de energía y de construcción en un 40%.
Este material además de ofrecer acabados especiales puede utilizarse para construir no sólo casas, sino también edificios nuevos con el mismo funcionamiento, resistencia y con grandes beneficios para el planeta.
De acuerdo con el arquitecto Manuel Elorza Wershoffen, integrante del Consejo Nacional de Madera en la Construcción (Comaco), la madera en las edificaciones se destaca por su ligereza, trabajabilidad, funcionalidad como aislante térmico y acústico, y por ser un sistema de bajo costo.
El experto explicó para la revista Obras que, construir una vivienda con madera representa como mínimo una reducción del 15% en el costo, en relación con el de una construcción convencional; mientras que levantar un conjunto de 10 unidades en madera implica un ahorro mínimo de 30%.
Por su parte, Julio Amezcua, creador de un sistema de construcción de arquitectura modular, indicó que el uso de la madera reduce las emisiones de carbono que impactan en el calentamiento global y la contaminación acústica también es menor; destacando beneficios cómo:Dentro de las obras innovadoras construidas de madera en el mundo se encuentran: el edificio Gaia, el más grande en Asia, en el que se ubica la Escuela de Negocios de la Universidad Tecnológica de Nanyang; el edificio Mjostarnet de Brumunddal, en Noruega, con 85.4 metros de altura; o el Sara, en Suecia, que no se queda atrás con sus 75 metros de alto, presentándose además como un centro cultural y hotel de vanguardia que persigue tener huella de carbono negativa gracias a la combinación de sus materiales.
México también resguarda un edificio construido con madera conocido como Jardín Anatole, ubicado en Polanco, en la capital mexicana. Aunque este recurso renovable ofrece los diversos beneficios económicos y medioambientales mencionados, en el país no ha despuntado como en otros lugares por la falta de capacitación sobre su uso, sumado a uno de los principales retos: conseguir madera certificada y así contar una oferta de materia prima secada y clasificada para uso estructural. En el caso de Jardín Anatole se utilizó madera laminada.
Conforme se implementen lineamientos específicos, en México y en el mundo, la industria de la construcción de madera competirá cada vez más de manera significativa con la del acero o el hormigón no sólo en términos de calidad y coste, sino también desde la perspectiva medioambiental.
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